
Leyendo el post de Elena Ferro de hace una semana, empecé a pensar en tribus, comunidades y escuelas, y como interactúan…
Hace unos años, estuve trabajando en las afueras de Ciudad México, en los barrios recién levantados por los llegados de otras partes del país. Son barrios levantados “ad hoc”, que fueron construyéndose en base al esfuerzo de sus gentes. Una vez que hubiera gente suficiente con ganas de tener una escuela para sus hijos, se construía la escuela. Se buscaban los bloques a precio bajo, del amigo de un amigo, los papas y las mamas pusieron bloque sobre bloque, la luz un hilo del tendido, el agua comprada cada día del camión que sube al cerro, etc.
Los maestros eran gente del barrio, quien tenía voluntad de hacerlo se convertía en maestro, y hacía lo que podía. Lo llaman “escuela popular”.
En aquellos tiempos visité una, la “Primaria Gabriela Mistral”, que recientemente , después de unos cinco años de trabajo comunitario había recibido el reconocimiento de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Este reconocimiento da lugar a que paguen unos sueldos de maestros. Fue una financiación mínima ya que dieron sueldos sólo para un 60% del personal activo, el resto y los otros gastos todavía estaban por cubrir, como buenamente pudiesen, y seguían con maestros sin cualificar, sin infraestructura – los suelos de tierra, una bombilla en cada aula, no hablo de la sanitación, y hace frió de buena mañana en los cerros de México en la época de lluvia…en fín…
Lo que sorprendía era que cada aula en esta escuela estaba llena de niños. Niños encantadores, preguntones, curiosos…
A dos cuadras (manzanas si prefieres), había una escuela oficial de primaria de la SEP. Esta escuela tenía de todo; maestros cualificados, una buena infraestructura, como cualquier primaria pública de España…
….y las aulas estaban medio vacías.
Teniendo una escuela con todo lo necesario tan cerca, la gente (tan terca) llevaba a su hijo a la escuela que ostensiblemente no cumplía ni por asomo con los elementos básicos que debería tener una escuela…
La diferencia entre las escuelas era que en la “popular” los maestros lo hacían por voluntad, ellos habían elegido este destino, (los de la escuela pública lo vivían como castigo ir allá cada día desde la ciudad a un barrio tan lejano), y los padres lo vivían, naturalmente, como su escuela, la que habían construido para sus hijos.
Y los niños, en este entorno, se dedicaban a hacer lo que hace todo niño todo el rato cuando nadie se lo impida, aprender….
Nick Kearney